Hay actitudes que se realizan y son perjudiciales, y se sabe que son inútiles pero se continúan haciendo. Por ejemplo las personas que tienen diabetes mellitus, tienen que cuidar su salud de diversas maneras, principalmente con dieta adecuada, ejercicio, etc. Muchas personas con esta enfermedad responden que no tienen tiempo para hacer ejercicio, y con frecuencia ingieren postres y carne todos los días. En lugar de hacer ejercicio, se sientan a la hora de la cena, ven televisión y así se olvidan de los problemas del trabajo y de la familia. Entran en un círculo vicioso que es la falta de cuidado de la salud y el manejo de los problemas lo mitigan con la ingestión inadecuada de alimentos y el sedentarismo.
Estas actitudes son perjudiciales y no resuelven nada, aumentan la enfermedad y el estrés. Para el manejo de estas situaciones se requiere primero de dejar de quejarse y no tener autocompasión. Se debe cambiar el estilo de vida. Dejar las acciones que no funcionan y que son inútiles y después ya valorar que acciones se tomarán para modificar lo negativo. Sí se puede cambiar.
Hay cosas que no se pueden cambiar y que afectan a nuestra persona, como son el clima, los accidentes, etc. Pero hay cosas que sí se pueden cambiar y no damos el paso inicial.
Si se siguen repitiendo acciones que no funcionan no se podrá saber cuales si funcionan. Esto puede llevar tiempo, pero a la larga será conveniente.
No solo en relación a las enfermedades es aplicable esta reflexión. En muchas actividades tenemos acciones negativas y no damos el primer paso para cambiarlas.
Si no cambiamos ciertas actitudes, tendremos estrés, enfermedad y muchas insatisfacciones.
"Cuando lo que usted está haciendo no funciona, cálmese y busque una solución".
Michael Murphy