Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 9 de mayo de 2013
Las mujeres representan 25 por
ciento de la Población Económicamente Activa del país, aseguró Julia del Carmen
Chávez Carapia, de la ENTS de la UNAM, con motivo del Día de las Madres
En
México, 25 de cada 100 hogares tiene jefatura femenina. Ellas, solteras,
separadas, divorciadas o viudas, deben incorporarse, en su mayoría, al sector
informal del mercado laboral, que ocupa a más del 60 por ciento de los
trabajadores en el país.
Cada día,
desempeñan una doble jornada de trabajo, al ser las proveedoras principales o
únicas de los gastos de la casa, estar a cargo del mantenimiento y limpieza de
la vivienda, y el cuidado de niños y adultos mayores, entre otras tareas.
Son
marginadas socialmente. Están catalogadas de manera despectiva, al no ajustarse
al estereotipo tradicional de que una mujer, para realizarse, debe casarse y
sólo dedicarse a sus hijos, esposo y casa, aseguró Julia del Carmen Chávez
Carapia, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, con motivo
del Día de las Madres.
Las mujeres
representan el 25 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) del
país. En los últimos años, han asumido estas responsabilidades más jóvenes,
subrayó la también coordinadora del Centro de Estudios de la Mujer de la ENTS.
Según
cifras oficiales, 63 de cada 100 hogares con jefatura femenina son encabezados
por mujeres de entre 30 y 59 años; 9.5 por ciento, de 12 y 29 años, y el 26.9
por ciento, por féminas mayores de 60 años.
Las
proveedoras suman a sus jornadas laborales el tiempo dedicado a tareas
domésticas que, en promedio, les requieren 42 horas por semana. En México, el
año pasado 97 por ciento de ellas realizaron trabajo del hogar, refirió.
Jefas de
familia
En el
2000, 18.9 por ciento de los hogares tenía jefatura femenina, proporción que ha
aumentado al 25 por ciento, y la cifra crece.
Esto se
explica, en parte, por el aumento de los divorcios en el país. Al no contar con
recursos suficientes para solventar los gastos, tienen que incorporarse al
mercado laboral, explicó.
En el
sector formal, la mayoría se inserta en plazas dedicadas a prestar distintos
servicios. Aún con estudios profesionales, son contratadas en los puestos con
menores ingresos, pese a que por ley deben ganar lo mismo que un hombre al
desempeñar las mismas tareas.
Ante la
falta de oportunidades, se incorporan al sector informal, tanto al comercio
ambulante como a la venta de alimentos. Para sostener a sus familias, colocan
puestos de tamales, quesadillas, elotes y otros productos, incluso en la
entrada de sus casas, o se dedican a las ventas por catálogo de mercancías.
La
experta subrayó que, en todos los hogares, las trabajadoras dedican la
totalidad de sus ingresos a los gastos de la familia y sólo en casos extremos
los utiliza en cuestiones personales.
Fecha de
reflexión
Respecto
a la celebración del Día de las Madres, consideró que reafirma un estereotipo
tradicional que limita a las mujeres. Se les ubica sólo como madres, esposas y
amas de casa. “A la vez que reconoce este papel tradicional, es un día de
carácter comercial. Para festejar, es necesario comprar”.
La fecha
constituye una oportunidad para reflexionar acerca de las condiciones de vida
de las relegadas a ser amas de casa, sujeta a las decisiones de su esposo o
pareja, concluyó.
—o0o—
Recopiló:
Michael Murphy
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