viernes, noviembre 26, 2010

OFENSAS Y EXPECTATIVAS



Ofensa: Acción o dicho que hace que alguien se sienta humillado o despreciado
Expectativa: posibilidad o esperanza de conseguir algo.
Una ofensa no hace daño físico, solo es mental, y el grado del “daño” depende de la persona ofendida, y en realidad tampoco debiera haber daño, son daños imaginarios. Y son daños más grandes cuando las expectativas que se piensan son más irreales.
Por ejemplo: Se puede esperar de una persona alguna acción o actitud, como el amor que uno espera de alguien. Cuando no se recibe ese amor esperado (expectativa) uno se siente con frustración o se siente ofendido. En realidad lo que molesta o lastima a uno en esta situación es algo imaginario o irreal. La realidad es que no se debió esperar ese amor de ese alguien.
Las ideas propias son las que lastiman.
Nosotros nos formamos siempre expectativas por que aprendemos conceptos erróneos por parte de nuestros padres, la escuela, la sociedad, y muchos medios. Aprendemos una especie de “novela” que no tiene que ver con la realidad, pensamos que los demás debería actuar como nosotros queremos.
Y esto lo pensamos más con nuestros seres cercanos, nuestra pareja, hijos, padres, etc. Queremos que se comporten como nosotros pensamos. Y eso no es posible, pues son personas diferentes a nosotros con ideas propias, y no son de nosotros. Y cuando nos damos cuenta que no actúan como queremos, nos sentimos ofendidos.
Por esta razón, muchas veces vivimos con nuestra mente cargada de supuestas ofensas, o resentimientos o experiencias negativas.. Y así tratamos a ciertas personas de manera indiferente, o no les hablamos o las tratamos mal, o inclusive tratamos de dañarlas. Esto forma en nosotros una vida difícil, negativa y llena de rencor. A cada momento podemos experimentar recuerdos de esas “ofensas” y nosotros mismos nos hacemos la vida infeliz, y cada día es mayor la infelicidad, por que las experiencias negativas siguen aumentando.
No es esto común a todas las personas pero considero que es en la mayoría.
Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que “debe hacer” y te dice “no”; creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es.
Y es un círculo vicioso.
Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos. Hay que dejar ser a las personas.
Ni la naturaleza, ni los padres, ni los hermanos, ni nuestros hijos, amigos o pareja nos pertenecen. No se pueden comprar, no se pueden separar, no son de nosotros, solo los podemos disfrutar como parte de la naturaleza. Es como un río, que no podemos atrapar, solo podemos disfrutar sus aguas al meter las manos, se debe dejar que siga su curso, y cualquier intento de atrapar el río nos va a lastimar. Así son las personas. Hay que disfrutarlas y dejarlas ser.
Entender que en realidad nadie nos ha ofendido. Si vivimos con la idea de la ofensa nos maltratamos nosotros mismos.
Hay que dejar que las personas sean como son, y solo darles consejos si lo solicitan, hay que dejar que tomen sus decisiones, todos tenemos el derecho del libre albedrio y libertad.
Acordarnos que nadie nos pertenece, todos formamos parte de un engranaje de la naturaleza, hay que dejar que fluya la vida, sin resistirse a ese flujo, hay que amar y dejar ser.
No hay que pensar por los demás, ni pensar que la perfección la tenemos y que los demás la deben tener. La perfección no existe. Las personas no son como nosotros queremos. Aceptar a las personas como son, y amarlas como son.
Las ofensas que sentimos en nuestra mente son un veneno cargado de rencor, del cual hay que desintoxicarnos. Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile porque te ofendió. Escucha tu explicación amorosa de porque lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirlo lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme PAZ.
A la luz del corto periodo de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros. No puedes darte ese lujo.
Las expectativas que debemos pensar, deben ser muy apegadas a la realidad, no esperar demasiado de nuestros semejantes, de otra manera sufriremos mucho.

Gracias por sus comentarios.
MICHAEL MURPHY