martes, mayo 26, 2015

NUECES Y ACEITE DE OLIVA



Se publica recientemente en JAMA Intern Med. 11 de mayo, un estudio del Dr. David Knopman, profesor de neurología de la Clínica Universidad de Mayo de Medicina en Rochester Minnesota, un estudio con 447 participantes que se sometieron a pruebas neuropsicológicas para determinar los beneficios de la dieta con nueces y aceite de oliva. Entre las pruebas incluyeron examen del Estado Mental para evaluar la función cognitiva global, la prueba de Aprendizaje Auditivo Verbal, un test de la escala de memoria de Wechler para evaluar el rendimiento de la memoria episódica. Se evaluaron la memoria, funciones frontales (atención, flexibilidad cognitiva y la memoria del trabajo) y la cognición global.

Se obtuvieron beneficios tanto con la dieta con frutos secos, como con la dieta mediterránea más aceite de oliva.

El estudio se hizo para confirmar los efectos cognitivos observados ya con anterioridad con estos alimentos, que probablemente provienen de los elementos antioxidantes y antiinflamatorios de los alimentos en los dos grupos. El aceite de oliva y los frutos secos son ricos en compuestos fenólicos que podrían contrarrestar el proceso oxidativo en el cerebro, lo que lleva a la neurodegeneración. Los polifenoles en los alimentos también pueden mejorar el flujo sanguíneo cerebrovascular, modular la señalización neuronal, mejorar la síntesis de factores neurotróficos y estimular la neurogénesis. También se mejora la irrigación cerebral que puede ser beneficioso en casos de infartos cerebrales no detectables o pequeños.

Los autores observaron que la dieta mediterránea reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares en un 30% en comparación con la dieta de control en un estudio previo. Y que el riesgo de ataque cerebral se redujo en un 34% en el grupo de aceite de oliva y un 49% en el grupo de los frutos secos. Las dietas también tuvieron un efecto beneficioso sobre la presión arterial y el riesgo de diabetes.

Sin embargo los autores mencionan que aún faltan estudios que demuestren evidencias definitivas ya que en muchas revisiones  hay todavía una gran cantidad de controversias en estos temas.

MICHAEL MURPHY








martes, mayo 19, 2015

DEPRESION Y ANSIEDAD (una terapia eficaz)



Las tasas de Depresión y Ansiedad han aumentado de manera impactante en todo el mundo y son patologías precursoras del suicidio que también se presenta de manera alarmante.  El suicidio se presenta por razones no del todo claras en primavera; y hay personas más susceptibles y vulnerables para esta situación dramática. Existe un factor hereditario, y hay familias con varios miembros que se han suicidado. Por lo general hay vergüenza en las familias y no se habla mucho del problema, pero es un problema mental que puede prevenirse.
Los pacientes con depresión son generalmente tratados con medicamentos, solos o en combinaciones, y hay métodos de terapias psicológicas  y en ocasiones se llegan a tratamientos como la terapia electroconvulsiva que generalmente es ineficaz. La depresión cuando se hace crónica y difícil de tratar se considera como una depresión resistente al tratamiento.

Muchos pacientes con depresión resistente al tratamiento tienen ideas suicidas que la mayoría de las veces no son comentadas pero en casos aislados algunos familiares conocen del problema. El paciente suicida casi siempre planea quitarse la vida sin pensar que ocasionará sufrimiento a muchas personas queridas. Y en algunos casos los paciente si están conscientes del problema y son los que se someten a tratamientos diversos, para recuperar la esperanza.
Desde la década de 1980, se ha desarrollado un método de tratamiento denominado TERAPIA CONDUCTAL DIALÉCTICA, que inicio la psicóloga Marsha M, Linehan. Esta terapia está enfocada a ayudar a los pacientes a identificar los pensamientos erróneos que ocasionan los sentimientos y comportamientos negativos y luego tratar de cambiarlos. Inicialmente la dificultad principal con este tratamiento fue que los pacientes con depresión grave no podían cambiar sus pensamientos por incomprensión de su problema por el terapeuta y aumentaban las sensaciones de aislamiento y desesperanza. Años después la misma Linhean empezó a utilizar este método de terapia, pero tomando en cuenta las vulnerabilidades particulares de sus pacientes. Antes de querer cambiar las ideas negativas tenían que aceptarse a si mismos y sentir que son aceptados por los demás. Esta es la raíz de la TCD, y es la relación dialéctica entre la aceptación y el cambio. Las personas con ganas de suicidarse se encuentran emocionalmente abrumadas y generalmente niegan que tengan “sentimientos equivocados”.  Linehan comenzó a elaborar estrategias o “habilidades” para las personas con estas vulnerabilidades. La teoría dice que al experimentar un sentimiento y quererlo cambiar se debe tomar en cuenta básicamente la forma destructiva que genera la angustia.

Gracias a la práctica y conocimiento de las “habilidades” para este tratamiento los enfermos se dan cuenta de lo que está causando su ansiedad, su ira o su tristeza, y encuentra nuevas opciones para encontrar la calma. Esta manera de tratamiento requiere muchos componentes y la participación de un equipo profesional, con entrenamiento adecuado, pero recientemente se han formado grupos muy eficaces para llevar a cabo el tratamiento. Se ha utilizado el método para ayudar a personas con depresión resistente al tratamiento, trastornos de déficit de atención, trastornos de estrés post-traumático y trastornos de la alimentación. Recientemente en la revista JAMA de marzo de 2015, se destaca la eficacia de este método incluyendo la forma de capacitación.
Los tratamientos se llevan a cabo en forma de módulos de 4 a 6 semanas cada uno y se aprenden modismos y vocabulario. Los pacientes dejan de tener ataques de pánico que anteriormente los presentaban con acciones simples como subirse a un tren, pasear a un perro etc. La estrategia es olvidar los malos pensamientos con tareas muy específicas que generalmente duran de 2 a 3 minutos, para disminuir la intensidad del miedo que antes abrumaba a los pacientes. Se pueden hacer acciones distractores simples como escribir los estados de la República y sus capitales, como ir al refrigerador por cubitos de hielo y ponérselos en el cuello, como ajustarse las agujetas, como hacer ejercicios de postura y ejercicios faciales imitando una sonrisa, y ejercicios de respiración. Se aprende a “observar y describir” la naturaleza de los problemas con hechos, con acciones y se trata de resolverlos. Cuando se está consciente de cómo se siente uno físicamente cuando hay tristeza, o cómo cambia la forma de hablar al estar enojado se puede cambiar el rumbo de estos sentimientos antes de que la emoción sea demasiado grave.

El tiempo para aprender la TCD, puede ser largo, sin embargo se puede lograr que los siguientes minutos sean mejores que antes, y luego las horas, los días, y se llega a encender la esperanza. Mejores horas se convierten en mejores días y años.
Los pacientes logran experimentar más alegrías y alcanzan metas a largo plazo. Hay muchas evidencias de la eficacia pero aún hacen falta investigaciones principalmente a largo plazo.

Los profesionales de la salud tienen que aprender estos métodos y los pacientes tienen que aprender los programas habituales, ante cualquier grado de depresión, ansiedad e ideas suicidas. Estos métodos pueden disminuir de manera importante las tasas de depresión u suicidios tan altas en la actualidad.

 MICHAEL MURPHY



miércoles, mayo 13, 2015

MUERTE DIGNA




DEBEMOS DE LUCHAR POR QUE UNA BUENA MUERTE OCURRA EN EL MOMENTO Y LUGAR ADECUADO.
 Desde la antigua Grecia hace 2500 años  se menciona la necesidad de una buena muerte. Actualmente debido a que en los hospitales los cuidados al final de la vida son muy agresivos, no hay cuidados paliativos suficientes y las leyes del suicidio asistido son indebidamente restrictivas es imposible para la mayoría de las personas morir con dignidad. NO HAY PEOR MUERTE QUE UNA MUERTE HOSPITALARIA. Morir bien significa morir en casa. Para reconocer esto se requiere de preparación y reconocer que la muerte es una condición necesaria, y de hecho deseable, parte de la vida.

Los antiguos griegos entendían el valor de la muerte. Aurora una Diosa Griega, se enamora profundamente de un hombre mortal y logra que todos los dioses le concedieran la inmortalidad. Pero Aurora no pidió a los dioses que le concedieran el don adicional de la eterna juventud; por lo que su amado vivió, pero en un estado de vejez dolorosa y progresiva. Su deseo fue entonces la muerte, pero esto es propio de la condición humana. 

 Nadie puede engañar a la muerte, sin embargo se puede luchar por una buena muerte, que se produzca en el momento adecuado y en el lugar adecuado.

 Una de las mejores decisiones en la vida es la preparación para una buena muerte. La mayoría de los pacientes dicen según una encuesta que quieren morir en casa, pero solo una minoría se dán cuenta de este deseo razonable. Una vez que se llama a la ambulancia por una enfermedad grave y terminal, se inicia una reacción en cadena de caos en la medicina moderna que  se convierte en inevitable.  El paciente estará sometido a estudios hospitalarios, tratamientos agresivos, colocación de aparatos y sondas y se iniciará una lucha contra la enfermedad muchas veces inútil.

 En lugar de ir al hospital, el enfermo terminal puede recibir cuidados paliativos en casa. Esto no solo es más agradable y digno, sino que también provoca mayor longevidad, quizá porque reduce los riesgos sustanciales de errores médicos e infecciones hospitalarias. En la muerte como en la vida muchas veces hacer menos es lograr más.  Se tiene que aumentar la práctica de cuidados paliativos en casa ya que se reduce drásticamente la frecuencia de una muerte hospitalaria dolorosa.

 Para esta buena muerte domiciliaria, se requiere una re-educación dirigida a pacientes, médicos, enfermeras, hospitales, compañías de seguros y líderes políticos. Se debe aprender sobre los cuidados paliativos y apreciar y difundir lo que sienten las personas antes de morir en los hospitales muchas veces sujetos a procedimientos médicos y quirúrgicos con muchos riesgos, inútiles, crueles e innecesarios.  Debemos volver a la práctica antigua y de larga tradición de morir en casa con una cálida y cariñosa despedida de familiares y amigos cercanos. Se debe evitar que en los últimos momentos de nuestra vida el ambiente sea entre médicos, enfermeras y personal de hospital todos ellos extraños.

 Lo anterior es muy convincente y no debe ser controversial cuando se trata de personas con enfermedades terminales.

El problema puede ser cuando se trata de personas que sufren de una enfermedad crónica, no terminal. Enfermedad que está causando dolor y/o discapacidad extrema e incurable.  La mayoría de la gente se atiende utilizando todos los recursos, con el apoyo de familiares incluso en las peores circunstancias. Sin embargo la asistencia médica debe considerar la liberación de una vida insoportablemente dolorosa. En estos pacientes no terminales hay factores que hacen más complicada la aplicación de cuidados paliativos.

 Por motivos religiosos, políticos, ideológicos la muerte asistida lamentablemente sigue siendo rechazada por el “carácter sagrado de la vida”. La sociedad, los políticos que luchan enérgicamente contra “el derecho a morir” no han tenido por lo general experiencias en relación al sufrimiento extremo que acompaña a las enfermedades crónicas y graves. Muchas personas  sienten que la vida con sufrimiento por enfermedades crónicas no es digna de ser vivida, pero pueden sentirse diferente si piensan que en la vida del mañana será diferente, especialmente si reciben tratamientos que alivian el dolor, tienen apoyo financiero y apoyo social, y además asesoramiento psicológico. Con estos apoyos los sentimientos suicidas pueden cambiar mes con mes. No deben elegir morir, solamente basándose en cómo se sienten en su peor día.

 Los enfermos no terminales con enfermedades crónicas y sufrimiento se pueden sentir presionados para elegir la muerte por la percepción de que sus familiares piensen que son una carga y ellos preferiría verlos muertos.  Esta es la preocupación que muchas veces tienen los discapacitados físicos. Otros factores para estas personas son que tradicionalmente la medicina tiende a la curación, no al asesinato. Y se preguntan si de acuerdo a la ética médica los médicos pueden ayudar a la muerte del paciente, y ciertamente ningún médico tiene la obligación de hacerlo cuando esto viole sus creencias éticas o religiosas. Sin embargo cada vez hay más médicos ahora que están de acuerdo con las leyes del “derecho a morir”.

 En otros casos, un problema puede ser cuando las personas sufre de una enfermedad extrema y tiene deseos suicidas, llegando a ser un problema psiquiátrico y que requiera de tratamiento psiquiátrico. Sin embargo más que tratamiento psiquiátrico, ellos pueden pensar que tienen esa opción como un acto completamente racional y útil.  La vida es hermosa, y uno se aferra así a la vida, excepto cuando se convierte en una tortura sin fin debido a una enfermedad terminal. Debería haber una ley para poder morir en aquellos cuyas vidas se hacen insoportables por una enfermedad incurable.

 Cada vez es más común en varios países, que se considere a la muerte como algo de lo más humano. Por supuesto que las leyes y escritos deben ser cuidadosos para evitar el abuso y los juicios apresurados. Todo esto debe implementarse con criterio y con una estricta supervisión. Se debe proteger el bienestar de los que quieren atacar la enfermedad al máximo, y también se debe proteger el derecho ciudadano a una muerte digna para aquellos cuyo dolor es crónico e incurable. Cada vez, las leyes y normas en relación a estas cuestiones se hacen menos controvertidas.

 En Estados Unidos en el estado de Oregon, se han permitido en 17 años 752 muertes por leyes, con una edad promedio de muerte de 71 años, y la mayoría por cáncer. Sin demandas judiciales. En Países Bajos la experiencia exitosa es de poco más de 30 años.

 Los cuidados paliativos y el derecho a la muerte pueden convertirse rápidamente en una parte integral de una buena práctica médica de rutina.

Allen Frances, psiquiatra y profesor emérito de la Universidad de Duke. Blog en el Huffington Post.

 Resumió:

MICHAEL MURPHY


viernes, mayo 08, 2015

ALGO SOBRE EL SUEÑO


¿Son suficientes 6 horas de sueño?




Dormir bien, es importante para mantener una salud adecuada, y se ha considerado que el sueño debe ser un “signo vital” adicional para ser evaluado en las consultas médicas.

La valoración del sueño implica varios puntos, sin embargo la duración promedio de sueño cada noche es importante.

El sueño está relacionado con muchos aspectos de las funciones del organismo, principalmente la función cognitivia, conductal y fisiológica. La función cognitiva incluye procesos tales como la memoria, el aprendizaje y el razonamiento abstracto; mientras que la salud mental / conductal pueden incluir indicadores generales de calidad de vida y riesgos específicos tales como la ansiedad o la depresión.

La categoría de fisiología en general incluye el apetito, aumento de peso y el metabolismo, junto con el procesamiento de los carbohidratos y los efectos sobre la salud cardiovascular. La falta de sueño tiene efectos de largo alcance sobre las funciónes humanas, por lo que estas tres categorías no son todas las que se afectan.

La fundación nacional del sueño acaba de publicar resultados de estudios, que son esencialmente las recomendaciones basadas en la edad, de la duración del sueño nocturno. La mayoría de los adultos requieren entre 7 – 9 horas por noche, y en un nuevo estudio se considera que 6 horas por noche puede ser apropiado para los adultos.

Se conoce que las necesidades de sueño varían en función de muchos factores. Algunos de estos son los factores genéticos y las enfermedades adquiridas, y hay otros factores como son los niveles de estrés y la actividad física; que son dependientes del entorno de cada individuo.

También la duración del sueño requerido puede variar de acuerdo con los deseos del individuo. De tal manera que las 6 horas de sueño recomendadas, no son para todos los tipos de personas, y no se llega a establecer cuál es el tiempo ideal de sueño.
Se considera que aproximadamente del 10% al 30% de la población adulta duerme menos de 6 horas por noche. Sin embargo con menos de 6 horas se demuestra que existe un déficit que es acumulado y tiene consecuencias. Sobre todo si el sueño es de menos de 4 horas por noche.

Es difícil identificar qué tipo de personas con 6 horas de sueño no tienen alteraciones fisiológicas. Los estudios casi siempre se hacen en adultos sanos, jóvenes. Los adultos mayores con enfermedades concomitantes que se sabe afectan el sueño pueden mostrar respuestas muy diferentes. Por lo tanto establecer reglas comunes resulta problemático.

Es indudable que la privación del sueño de manera crónica afecta el desempeño del trabajo. Si la privación del sueño es de dos días o más ya se afecta la capacidad del individuo para realizar sus tareas.

Hay una relación demostrada entre el aumento de peso o cambios en el apetito en personas que duermen menos de 7 horas por noche.

La recomendación de cuantas horas debe dormir una persona resulta muy difícil. Pero si existe una “deuda” de sueño, se afecta el rendimiento y la salud en general, siendo los estudios insuficientes para determinar cuántas horas son necesarias en cada tipo de personas.
MICHAEL MURPHY