sábado, septiembre 15, 2012

La Templanza


El equilibrio emocional tan fácil de decirlo, de expresarlo, de leerlo constantemente, pero tan difícil de llevarlo a cabo. Significa estabilidad, orden, tranquilidad, paz.  Este equilibrio lo buscamos constantemente, pero hay estímulos que provocan trastornos que llegan a veces al caos. En nuestras acciones tenemos siempre que elegir entre algo positivo o bueno y algo negativo o malo. Esta decisión es nuestra libertad que tenemos y que depende de factores externos e internos.

Desde los filósofos clásicos como Platón y Aristóteles se habla del justo medio, de la templanza, del equilibrio en nuestros actos. Se habla de las personas virtuosas que logran vivir en la moderación, evitando excesos, lujos pero a la vez tratando de evitar lo desagradable, lo sucio, lo malo.  Son personas con cualidades o virtudes que logran vivir en la moderación.  Esta moderación se refleja en todas las actividades, simples o complicadas, algunas de mucha trascendencia. Es común oír que debemos comer con moderación, que todos los excesos son malos. Y es cierto. En relación a los alimentos es bien sabido que debemos ingerir alimentos no solo por el placer de paladearlos sino solo para vivir sanamente.

Desde luego que en la comida existe el placer, pero no debe ser la prioridad, sino mas bien lo mas importante es considerar al alimento como una necesidad para vivir sanamente y no para llegar a la gula. Así el equilibrio se encuentra en muchas actividades. La moderación también se aprecia al conducir un vehículo en una autopista; en donde el exceso de velocidad tiene relación directa con las posibilidades de un accidente, y también una velocidad menor es inadecuada y puede ser catastrófica.  En la carretera, la velocidad que marcan los señalamientos casi no es respetada por los automovilistas, confiados en su auto, en su habilidad, en sus reflejos.  Pero este exceso de confianza ocasiona tragedias; y muchas.

 Un corredor olímpico de velocidad, no puede correr con moderación; tiene que correr con toda su energía en extremo, en esta situación no hay medios, se debe llegar a la meta en menos de 10 segundos en la carrera de 100 metros.  Sin embargo, quizá su deseo por superar esa marca y su deseo por competir en una olimpiada si sea un exceso y el deporte entonces deja de ser recreativo, deja de ser una práctica para estar sano; se convierte en una práctica par logros extraordinarios, y esos logros se buscan por que se busca un placer intenso, exagerado.

También los deportes extremos ahora en combinación con tecnologías avanzadas permiten a las personas utilizar paracaídas desde grandes alturas, utilizar sistemas de saltos con ligas, carreras de automóviles. Todos estos deportes se realizan por alcanzar metas extremas y buscando el placer máximo.  En todos estos casos no hay moderación, hay excesos.  Pero los humanos siempre buscan placer intenso en la comida, en las actividades, en el sexo, y los riesgos son las drogas, los estimulantes, y también riesgos de tener objetivos a veces fuera de la realidad. Pueden los atletas olímpicos llegar a tener placeres inmensos si ganan las medallas, pero las caídas, desilusiones y frustraciones después serán también grandes. Estos son ejemplos de lo que puede ocasionar vivir buscando excesos, buscando placer continuo.
 
La moderación en todo, perdura más y es un placer fino, sutil, duradero, y recomendado por los grandes filósofos pero no practicado por la mayoría. En cuestiones pasionales, la naturaleza humana tiene instintos. En el amor, la pasión y el placer se buscan al máximo. Está bien amar con toda la fuerza y la pasión que la energía emocional y física permita, sin embargo también se recomienda tomar en cuenta la duración  más que la explosión de las pasiones.

La templanza y la moderación son virtudes universales reconocidas, y por que no, hay que volver a buscarlas; y no contagiarnos de los lujos, excesos, sobre todo en los placeres.

MICHAEL MURPHY

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena reflexión Sr. Michael. Estamos llenos de propaganda dañina, invitación a placeres, nos invitan los bancos, los hoteles, a invertir para el placer, nos invitan a adquirir tarjetas de crédito, nos invitan a comprar nuevas computadoras, hay atracciones, hay distracciones. Y eso va en contra de obtener menos placer y mayor equilibrio.
Hay que buscar el equilibrio y disminuir las tentaciones, ideas universales pero que se nos olvidan

Atentamente:
Miguel.