ESFUERZOS Y METAS

Una corredora para poder ganar una medalla olímpica en la prueba de 400 metros, tiene que tener en primer lugar una constitución y conformación de su cuerpo especial, una afición por las actividades deportivas, un entrenador adecuado, y años de esfuerzo, entrenamiento, sacrificio y quizá sufrimiento cuando las actividades son intensas. La medalla que ganará tiene un valor físico pero lo que importa más es el valor estimativo, y la felicidad y el placer que sentirá al lograr la meta que pretende.

Cuando esta corredora compite en su prueba en un campeonato mundial ganando el primer lugar con un tiempo de 48.80 min.(Agosto 27 de 2003, París Francia) Se convierte en campeona mundial, y al llegar a la meta las sensaciones que percibe o siente solo ella las puede describir, pero en esos segundos es completamente feliz, independientemente de todo lo desagradable que pueda tener en su vida. Esta felicidad es enorme, grandiosa, que pocos pueden sentir, y después quedará una satisfacción en su mente, en su recuerdo y no nada mas en ella sino en sus admiradores, más después esto será historia.

¿Por qué hizo tanto esfuerzo, ocupó tanto tiempo, y sacrificó otras actividades? Porque tuvo, una ilusión, una esperanza y unas ganas de sentir ese momento grandioso después de una carrera de 48.80 minutos.

En el transcurso de nuestra vida, perseguimos algo semejante a lo que es una "meta" en una carrera atlética, la mayoría sin ser atletas, tenemos metas, y dependiendo de la edad hacemos diferentes esfuerzos para conseguir algo. En la etapa de dependencia familiar, recibimos alimento, vestido, sustento, por parte de nuestros padres, pero normalmente en la adolescencia empezamos a tener proyectos de vida, para independizarnos y formar familias nuevas. Siempre habrá esfuerzos, siempre habrá sacrificios, y siempre habrá metas. Llegar a las metas son satisfacciones que todos perseguimos. En la juventud son a veces muy grandes los esfuerzos y breve la felicidad, por ejemplo el alpinista que quiere llegar a la cima del Monte Everest, utiliza tiempo, dinero, esfuerzos para llegar a la cima, y estar ahí breves minutos. Esos minutos son de satisfacción y felicidad. Probablemente entre más grandes sean los esfuerzos, mayor es la felicidad.

Las actividades deportivas son un ejemplo claro de lo que hacemos en la vida cotidianamente. Hacemos esfuerzos para tener comodidades, para comer sabroso, para lucir bien, para estar sanos, para obtener algo material o para obtener una amistad o una relación sentimental. Tenemos que pasar por adversidades para poder lograr lo que queremos. Muchas veces lo que queremos se asemeja mucho a lo que es el placer.

Pero la mayoría de las veces son Necesidades lo que queremos alcanzar. Así es la vida.

En Edades mas avanzadas, los esfuerzos tienen que seguir, para obtener algo. No nos libraremos de los esfuerzos, ni de los sacrificios, a tal grado, que en la ancianidad haremos esfuerzos enormes, para poder lograr quizá una caminata de 5 minutos. Haremos esfuerzos enormes para poder vestirnos, siempre ligados estos esfuerzos hacia las metas. Y con esos esfuerzos llegamos a las metas y obtenemos la misma satisfacción que la que sintió el joven que llegó a la cima del monte Everest. Y obtendremos la misma sensación de felicidad, cuando lograremos por ejemplo ganar un juego de ajedrez.

No es adecuado vivir con la sensación de Felicidad Total como la que sintió la corredora al ser campeona mundial. Esa Felicidad y también el placer,,,, no corresponden a una línea constante, y la vida no consiste en tratar de vivir sin esforzarnos, sin sacrificarnos. La Vida es como una Sinfonía, que tiene notas altas, acordes, tiene silencios, notas fuertes, notas suaves, etc. La vida no es una línea recta y menos una línea de placer. La armonía de vivir es con altas y bajas. En donde el esfuerzo es necesario, y también son necesarios los momentos de infelicidad.

La Drogadicción que es un vicio tan expandido en los jóvenes y no tan jóvenes, consiste en tratar de llegar al placer o "felicidad" sin hacer esfuerzo, o haciendo el mínimo esfuerzo. Con las drogas, tratan de sentir el placer que siente el alpinista que conquistó el Monte Everest. Pero esto es antinatural, muy pasajero y dañino y con alteraciones en la mente, en el físico, en la sociedad. Por algo existe el esfuerzo y el sacrificio.

La modernidad ha traído como consecuencia que nos hemos acostumbrado a tener todo rápido y sin esfuerzo, hay máquinas que lavan por nosotros, que pican y mezclan la comida por nosotros, que abren las latas por nosotros, que suben las escaleras por nosotros, y mientras más dinero ganamos menos esfuerzo realizamos porque contratamos asistentes personales, mucamas y niñeras que hacen todo por nosotros. En este mundo moderno -donde reina la ley del mínimo esfuerzo- la fuerza de voluntad es un bien escaso y hay gente que desconoce el término; pasan la vida sin saber por qué hacen las cosas, abandonando todo lo que emprenden y desconociendo cómo enfocar sus esfuerzos. Este tipo de vida a contribuido a que la depresión vaya en aumento, pronosticando que en el año 2020 el 50% de los adultos padecerá de depresión grave.

Cada día que avanzamos en nuestra vida, habrá que hacer esfuerzos, y debido a la sabia naturaleza, cada vez haremos más esfuerzos por el deterioro de nuestro físico, de tal manera que haremos esfuerzos hasta por movernos y vestirnos pero seguiremos obteniendo placeres, por ejemplo al lograr ponernos de pie sin ayuda. Sin llegar a tales esfuerzos, los placeres no llegarán del cielo, vivir en constante placer, no existe. Vivir y ser feliz es disfrutar lo que tenemos, y si queremos un placer extra, sea necesidad o capricho, se tendrá que hacer un gran esfuerzo.

MICHAEL MURPHY