SUPERIORIDAD

En la vida diaria la mayoría de las personas (adultos, niños, mujeres , hombres), tratan de demostrar y mantener una superioridad física, económica,  intelectual, material, moral etc.  Hay una lucha constante por no aparentar debilidad, sino todo lo contrario, la apariencia debe ser para demostrar que uno es más que el otro. Es una competencia constante y universal. Nadie quiere ser menos. Todos defienden su posición social, su apariencia, sus conocimientos, sus actitudes. Simple y sencillamente La mayoría de la gente quiere ser superior a los demás. 

Cuando esas personas se sienten y demuestran que son superiores, ya sea honesta o deshonestamente, tienen una sensación de bienestar y su ego se eleva por los cielos.

También cuando saben que un conocido, está en quiebra, o le pasó algo malo, o hizo algo malo su curiosidad se hace notoria y automáticamente se sienten que su posición es mejor que esa persona y también su ego se eleva.

Si saben de alguien conocido que es una mala persona, inmediatamente hacen mentalmente una comparación  y se sienten más buenos o más morales. Y cuando escuchan un comentario positivo de otra persona, sienten malestar o envidia, y a veces sienten inferioridad y en casos extremos sienten depresión. 

Esto de la superioridad lo saben los especialistas en mercadotecnia y publicidad, y la utilizan para sus propósitos comerciales.  Los Bancos nos invaden ofreciéndonos tarjetas y mas tarjetas, mencionando que “nos las otorgan” por ser clientes distinguidos y también nos ofrecen planes de ahorro, de inversión por que somos personas “honestas y morales”.  Con esto tratan de subir nuestro ego, y logran su objetivo.   Al sentirnos especiales fácilmente podemos “caer” en la trampa y comprar lo que nos ofrecen.  Con estas actitudes se aprovechan y conocen que tenemos necesidad de sentirnos superiores y tenemos necesidad de aumentar nuestra autoestima. 

La necesidad de demostrar la superioridad frente a otros puede ser tan grande y patológica que llega a ocasionar ansiedad, obsesión y depresión, sobre todo cuando hay deshonestidad y reconocimiento de que no son las personas que aparentan. 

Para demostrar la superioridad se invierte mucho. Se invierte tiempo, dinero, esfuerzo. Por ejemplo las mujeres jóvenes quieren mostrarse más bellas, mas delgadas, mas atractivas, y consumen productos de belleza, ocupan gimnasios, medicamentos, cirugías, no tanto por salud sino para sentirse superiores a las personas conocidas incluyendo a familiares. ¿Por qué quieren demostrar esa superioridad?  ¿Porqué quieren demostrar que están arriba de los demás?  Sobre todo las mujeres ahora piensan que “valen” por su físico, y no por sus virtudes.  

Los hombres jóvenes constantemente quieren demostrar que tienen objetos valiosos, que tienen autos nuevos, que tienen mas ingresos que los demás, que tienen una condición física excelente y superior a sus vecinos y amigos e inclusive familiares. 

La mentalidad entonces se trastorna de tal manera que piensan  que realizando cierta actividad   (por ejemplo alguna actividad deportiva) o poseyendo ciertos objetos, o teniendo mas belleza (aunque sea artificial) una persona se hace mas especial o valiosa.  

 ¿Porqué tienen que hacer algo para sentirse valiosos? ¿Porqué tanta necesidad de demostrarse superiores?

Son muchos factores que influyen para tener esa necesidad. La misma naturaleza hace que los jóvenes la tengan mas evidente.  Los jóvenes son competitivos y deseosos de estar arriba o en los primeros lugares, pero la mayoría de las veces sus logros son aparentes, deshonestos y falsos.

Con la experiencia, nos damos cuenta que como seres humanos debemos reconocer nuestros propios valores, y debemos ser capaces de reconocer los valores de los otros. No necesitamos de aparentar superioridad ante los demás. Nos damos cuenta que con esta actitud adquirida con la experiencia viene  el respeto, la tolerancia, la aceptación y, a la larga, el amor incondicional por nuestros semejantes. Valores que a mi juicio se deben fomentar más en los jóvenes y no esperar a que su propia experiencia se los enseñe. 

MICHAEL MURPHY