Los seres humanos vamos envejeciendo día a día, y llegaremos a ser ancianos siempre y cuando no termine nuestra vida antes. En la ancianidad tendremos limitaciones físicas y mentales, estaremos discapacitados para poder realizar muchas actividades. Seguramente nadie está dispuesto a aceptar esta etapa de la vida, y por lo general no se habla del asunto porque pensamos que mejor será disfrutar ahora nuestra etapa y ya llegará esa fea época. Habíamos tocado el tema antes en relación al descuido y malas atenciones de los ancianos, que con frecuencia en casos extremos son golpeados por sus mismos familiares. Sin llegar a tales extremos en estos días de Navidad, días de reflexión, pensemos en el trato y la atención que les damos a nuestros ancianos. Es una pena que casi siempre con el anciano exista un conflicto (muchas veces tan grande que es una verdadera "guerra") por que el anciano debido a su incapacidad para realizar lo que antes podía, se vuelve "terco" por que pierde el control que tenía cuando joven. Y vé que su vida está gobernada por los que lo cuidan. Y eso le incomoda, y eso lo mantiene en una situación inferior a lo que era. Los adultos que lo cuidan abusan de eso. Controlan su vida, controlan su alimentación, controlan sus actividades. Pero es injusto la manera y actitudes como lo hacen.
El trato es un mal trato, es con amenzas, con regaños (si no haces lo que te digo ya no tendrás televisión por ejemplo) Y es una situación verdaderamente desequibrada. Falta empatía, dulzura, amabilidad en el trato con ellos.
Es frecuente que nosotros tratemos a otras personas que no son familiares, y a veces ni siquiera amigos, de una manera eagerada, los llenamos de halagos, cariños y atenciones. Y nuestros ancianos no reciben esos tratos. Nuestros ancianos necesitan palabras dulces, necesitan caricias, halagos, y comprensión. NO LOS OLVIDEMOS
Espero comentarios.
Michael Murphy
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