Las conversaciones difíciles, desde luego son aquellas en donde las personas quieren imponer una idea al otro, o defender un argumento, o sencillamente ser necios. Conversaciones en donde las personas no se ponen de acuerdo y no terminan la conversación con un final feliz. Tan importante esta situación que en un extremo dado, se pueden llegar a las guerras entre naciones en donde se ocasionan muchos daños por no ponerse de acuerdo.
Una conversación difícil es por ejemplo cuando dos personas de diferente religión tienen un encuentro y dialogan sobre una postura que defienden. Jamás se pondrán de acuerdo, puesto que cada uno defiende su postura en ocasiones fanáticamente y “tercamente”.
Ya desde antes de una conversación sabemos si va a ser difícil, por que conocemos a la persona y lo que quiere.
Desde el punto de vista “dificultad” puede haber una gama de conversaciones muy grande, hasta llegar a la “conversación amorosa”, podría llamarse así. Aquella en donde las personas enamoradas aceptan todo lo que dicen, sin mala fe, sin mala voluntad, sin necedad, solo se dejan llevar por el momento, quizá lo que se digan no importe mucho en su contenido, pero si importa en la manera como se dice. Quizá los enamorados hablen tonterías, pero para ellos es magnífica su conversación. Aunque no se llegue a nada. Simplemente disfrutan las ideas que se dicen como que van brotando de su corazón.
Entre los dos extremos anteriores hay muchos tipos de conversación, pero las conversaciones difíciles se acompañan de rasgos neuróticos de la personalidad, intranquilidad, incomodidad, deseos de venganza, deseos de triunfo, etc.
Es un arte la conversación, y podríamos empezar por hablar en un ambiente adecuado, estando tranquilos y no conversar explosivamente.
Seguro que habrá muchas técnicas, que se aprenden con los años y la experiencia.
Una conversación difícil es por ejemplo cuando dos personas de diferente religión tienen un encuentro y dialogan sobre una postura que defienden. Jamás se pondrán de acuerdo, puesto que cada uno defiende su postura en ocasiones fanáticamente y “tercamente”.
Ya desde antes de una conversación sabemos si va a ser difícil, por que conocemos a la persona y lo que quiere.
Desde el punto de vista “dificultad” puede haber una gama de conversaciones muy grande, hasta llegar a la “conversación amorosa”, podría llamarse así. Aquella en donde las personas enamoradas aceptan todo lo que dicen, sin mala fe, sin mala voluntad, sin necedad, solo se dejan llevar por el momento, quizá lo que se digan no importe mucho en su contenido, pero si importa en la manera como se dice. Quizá los enamorados hablen tonterías, pero para ellos es magnífica su conversación. Aunque no se llegue a nada. Simplemente disfrutan las ideas que se dicen como que van brotando de su corazón.
Entre los dos extremos anteriores hay muchos tipos de conversación, pero las conversaciones difíciles se acompañan de rasgos neuróticos de la personalidad, intranquilidad, incomodidad, deseos de venganza, deseos de triunfo, etc.
Es un arte la conversación, y podríamos empezar por hablar en un ambiente adecuado, estando tranquilos y no conversar explosivamente.
Seguro que habrá muchas técnicas, que se aprenden con los años y la experiencia.
M.M.
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